La Copa Mundial de la FIFA: reforma o abolición
Se supone que la Copa Mundial tiene un carácter internacional. No es propiedad de ningún Estado o grupo de Estados. Como tal, nadie el derecho de monopolizarla, explotarla o alterarla según le plazca. Sin embargo, esa es precisamente la situación actual de la Copa Mundial. No pertenece a todos los Estados. Se la monopoliza, se la explota terriblemente y se la adapta a voluntad para que beneficie a los que la monopolizan y explotan. En apariencia, la Copa Mundial fue creada con el fin de que la gente obtuviera beneficios sociales y psicológicos. Sin embargo, lo que la Copa Mundial ha logrado es precisamente lo contrario.
En primer lugar, hay que tener cuidado con las enfermedades mortíferas que ocasiona la Copa Mundial. Las investigaciones médicas han demostrado, y seguirán demostrando en el futuro, que los maniáticos del fútbol y los adictos a ese deporte son los que corren riesgos más graves de padecer alteraciones psicológicas y nerviosas. A su vez, esas alteraciones son las causas principales de los ataques cardíacos, los derrames cerebrales, la diabetes, la hipertensión y el envejecimiento prematuro. La actividad física del ser humano ha disminuido como consecuencia del uso excesivo de la tecnología. La gente se ha tornado más letárgica, holgazana y obesa. Al mismo tiempo, el deporte, que al igual que las plegarias debería ser una actividad individual que no se puede delegar en otro, o una actividad ejercida por las masas (el deporte de masas*), se ha transformado en una actividad explotadora monopolizada por la elite rica y dominante, como sucede con la Copa Mundial. Las masas se ven reducidas a desempeñar el papel de espectador idiota.
En segundo lugar, hay que tener cuidado con el odio, la enemistad y el racismo que genera el fútbol. La persona que presentó la propuesta original abrigaba la esperanza de que el efecto fuese exactamente el opuesto. Si estuviese vivo hoy, sería el primero en proponer la abolición de la Copa Mundial. Esa persona tenía la esperanza de que la Copa creara armonía entre los pueblos y les proporcionara un grado de alivio. Lo que se produjo, sin embargo, fue una expansión y una profundización del odio, incluso entre amigos. Surgió la enemistad entre algunos pueblos. El campeonato de 1970 llevó a una guerra entre El Salvador y Honduras que dejó más de 30.000 personas muertas o heridas y una herida que jamás va a cicatrizar. La Copa Mundial se ha convertido en una actividad económica de explotación y extorsión, en lugar de ser una actividad dedicada al deporte y al entretenimiento. Luego se convirtió en una actividad corrupta y corruptora. Se blanqueó dinero bajo la guisa de la Copa Mundial y se falsificaron pasaportes para poder viajar. Se celebraron partidos ficticios con el fin de obtener dinero a través del aumento del precio de los billetes. La corrupción llegó al nivel de las amenazas de muerte, el daño físico y la imposición de pérdidas financieras y materiales devastadoras a quienes intentaran abrir los expedientes de la corrupción. Luego, la Copa Mundial se transformó en un mercado de esclavos. El tráfico de seres humanos se convirtió en una práctica pública generalizada. Se compra y se vende jugadores de un país a otro y de un club a otro. Los jóvenes de los países pobres se convirtieron en esclavos de los ricos. La esclavitud y la trata de seres humanos de África a Europa y a los Estados Unidos y de América Latina a Europa han resucitado gracias a la Copa Mundial. Esta humillación de hombres jóvenes ocurre porque son pobres y provienen de países africanos, latinoamericanos y asiáticos pobres. Por ese único motivo se los embarca hacia los campamentos de esclavos de los clubes de los ricos. Los clubes que integran la FIFA son los clubes de los ricos. Los países que controlan la FIFA y son anfitriones de la Copa Mundial son solamente los países ricos. En cuanto a los países pobres, nunca jamás tendrán el honor de ser anfitriones de la Copa Mundial. Aun cuando quieran ser anfitriones de una copa mundial, aunque entreguen todo lo que tienen a cambio de ese honor y aunque se lo pidan de rodillas al Presidente y a los dirigentes de la FIFA, nunca se les concederá ese honor. ¿¿¡¡Por qué!!?? Porque para ser anfitrión de la Copa Mundial se necesitan campos de juego que respondan a ciertos parámetros y con los que sólo cuentan los países ricos. También se requiere cierto tipo de infraestructura. La mayoría de los países del Tercer Mundo no cuenta con estructuras suficientes en materia de comunicaciones, transporte, aeropuertos, puertos marítimos, hoteles, etc. Naturalmente, esas condiciones hacen que los países ricos tengan un monopolio como anfitriones de la Copa Mundial. Por lo tanto, la Copa Mundial no es internacional ni les pertenece a todos los pueblos.
La Copa Mundial ha fortalecido las tendencias de extrema derecha y las tendencias racistas en el mundo. La prueba irrefutable de lo que afirmo radica en el hecho de que las asociaciones que respaldan a los clubes de fútbol son asociaciones racistas de extrema derecha. ¿Dónde está la conciencia del mundo? Hay que despertar la conciencia del mundo. Sería mucho mejor para todos que los miles de millones de dólares que ahora se destinan a una Copa Mundial que carece de sentido se utilizaran para mejorar la situación de las personas pobres a través de la lucha contra la pobreza y contra las enfermedades y a través de la preservación del medio ambiente, en lugar de destinarlos a los deportes y a las apuestas para la Copa Mundial. Se calcula que el volumen de las apuestas deportivas superará en 2006 los 250.000 millones de dólares. En 2004 el volumen de las actividades deportivas en los Estados Unidos superó los 200.000 millones de dólares. Los escándalos y la corrupción que afectan a este deporte serán revelados en el libro del periodista británico Andrew Jennings. Algunos casos ya han sido revelados en el Informe Independiente Europeo.
El monopolio se ha extendido incluso hasta el derecho a transmitir los partidos por radio y televisión. Los pobres no asisten, no los ven por televisión, no los escuchan por radio y ni siquiera leen acerca de los partidos. Sólo los ricos tienen derecho a disfrutar de ellos.
La solución: Todo Estado debe tener derecho a ser anfitrión de algunos partidos de la Copa Mundial sobre la base de su capacidad, independientemente de las injustas condiciones que impone la Copa Mundial. Los partidos deben distribuirse entre los Estados de una cierta región o de un cierto continente. La distribución debería llevarse a cabo sobre la base de la capacidad de absorción de los Estados respectivos. Esta solución produciría los siguientes beneficios:
- Varias naciones podrían disfrutar directamente del deporte.
- El aumento del número de países anfitriones generaría un aumento concomitante del número de espectadores en los estadios.
- Los pueblos pobres, que se ven privados y se seguirán viendo privados de ese placer en forma permanente como consecuencia del sistema injusto y corrupto de la Copa Mundial, albergan sentimientos de injusticia, inequidad y amargura. La solución propuesta eliminaría esos sentimientos, y por consiguiente ayudaría a lograr el objetivo social positivo que había previsto el creador de la Copa Mundial, el francés Jules Rimet.
- Aumentarían los ingresos de la FIFA.
- Los beneficios, al igual que las pérdidas, en el caso de que las hubiera, serían compartidos entre varios países.
- Permitiría evitar la confusión, los fracasos o las interrupciones de la Copa Mundial que podrían producirse como consecuencia de emergencias inesperadas tales como los desastres naturales o el fallecimiento del líder del país anfitrión.
- Permitiría que los países pobres aprovecharan los fondos de la FIFA para la rehabilitación de la infraestructura, al menos en el ámbito del deporte. Esto diferiría de la situación actual, en la que la FIFA engaña a uno y a todos al gastar una proporción escasísima de sus fondos en países pobres, al tiempo que acapara o gasta miles de millones en objetivos que conocemos y que sirven para beneficiar a los especuladores, los explotadores, los extorsionadores y los que comercian con cualquier cosa.
Invocar la distancia es un argumento débil. Los partidos de la Copa Mundial se juegan en ciudades que están dentro del territorio de los países anfitriones y que a veces están más lejos en distancia y en husos horarios que algunos países vecinos de la misma región. Para refutar ese argumento inaceptable, basta señalar que en la Copa Mundial de 2006 se jugaron partidos en 12 ciudades de Alemania. La distancia entre una ciudad y otra era a veces mayor que la distancia que separa a Alemania de otros países europeos. La distancia entre Hamburgo y Munich es de más de 600 kilómetros y la distancia entre Munich y Berlín es de más de 500 kilómetros, y hay más ejemplos. Entonces, ¿qué es lo que impide que se celebre la Copa Mundial en más de un país si esos países están separados por esas mismas distancias o por distancias menores? Los Estados Unidos fueron anfitriones de la Copa Mundial en 1994. Los partidos se jugaron en ciudades que están separadas entre sí por miles de kilómetros, tales como Boston y Dallas, Boston y Stanford, y Orlando y Boston. La diferencia horaria entre una ciudad y otra era de varias horas.
En el peor de los casos, ¿por qué no hacer que el campeón sea el anfitrión de la edición siguiente de la Copa Mundial? De esa manera, la competencia durante la Copa Mundial tendría algún sentido, a saber, el campeón tendría el derecho incuestionable de ser anfitrión de la siguiente edición de la Copa Mundial.
Esa es la solución. De lo contrario, habría que abolir la Copa Mundial, habida cuenta del peligro mortal que plantea para el mundo desde la perspectiva física y moral. Genera problemas, dificultades, desórdenes, odio y enemistad. Causa la propagación de conductas degeneradas y de actitudes colectivas temerarias e irresponsables. Hay estudios sociales y psicológicos que han demostrado que los adictos maníacos y fanáticos de la Copa Mundial están por debajo de los valores normales en materia de capacidad intelectual y desarrollo psicológico.
El Sr. Blatter es un hombre prudente. No es una persona corrupta. Lo respeto. Sin embargo, no estamos seguros de que tenga la capacidad necesaria para modificar la Copa Mundial o para abolirla.
* El deporte, la habilidad ecuestre y la escena
(El Libro Verde, Capítulo III)