El hermano, el Líder de la Revolución, encabeza un grupo de Presidentes y musulmanes de diferentes partes del mundo en la oración, y pronuncia una declaración en Timbuktu
“Alá y sus ángeles bendicen al Profeta. ¡Creyentes! ¡Bendecidle vosotros también y saludadle como se debe!
Desde la histórica ciudad de Timbuktu nos dirigimos a la nación islámica y al mundo en un gran día en la historia de la humanidad. En un día como hoy, lunes 12 de Rabi al-Awwal, día glorioso en los anales de la humanidad, nació Mahoma, el Último de los Profetas. También en un día como hoy murió Él, el Último de los Profetas.
La humanidad tiene dos fechas históricas que se deben destacar: la primera corresponde al día en que nació Jesús, que la paz sea con él, porque su nacimiento fue en verdad uno de los milagros de Dios. La segunda fecha corresponde a este día, el día en que nació el Último de los Profetas y también el día en que murió. Exactamente en un día como hoy, lunes 12 de Rabi al-Awwal, 633 años después del nacimiento de Jesús, murió Mahoma, el Último de los Profetas. A partir de ese día, no hubo más revelaciones desde el cielo hacia la tierra y hacia su pueblo. El cielo ha permanecido silencioso, y permanecerá así hasta el día del Juicio. “Cuando se fije a los enviados su tiempo: ¿qué día comparecerán? ¡El día del Fallo!”. La humanidad oyó las últimas palabras procedentes del cielo a través de Mahoma.
Lamentablemente, la historia que leemos en la actualidad es falsa. Carece de veracidad. Supone erróneamente que Mahoma es solamente el Profeta de árabes y musulmanes. Es un error. Mahoma es el Profeta de todos; su mensaje reemplaza las religiones anteriores. Si Jesús hubiese estado vivo cuando se le reveló el mensaje a Mahoma, habría sido uno de sus seguidores. Todos tienen que ser musulmanes. Eso es lo que Dios desea, y no es fácil de lograr.
La religión que tiene ante sí Alá es el Islam (sometámonos a Su Voluntad) “Si alguien desea una religión diferente del Islam (sometámonos a Su Voluntad), no se le aceptará y en la otra vida será de los que pierdan (todo bien espiritual)”. Abraham, José, Isaac, Ismael y todas las tribus eran musulmanes; todos los profetas abogaban a favor del Islam, y Mahoma fue el Último de esos profetas.
Hemos oído que algunas personas insultaron al Profeta. Los musulmanes se enojaron. Consideraron que esa acción fue una difamación de su profeta. De todos modos, quien haya insultado a Mahoma en verdad estaba difamando a su propio profeta, porque Mahoma es el profeta de los que viven en Escandinavia, Europa, América, Asia y África. El programa educativo que utilizan en Escandinavia adolece de errores, e incita al odio. Pensaban que Mahoma no era su profeta, pero Mahoma es el profeta de todos.
Si hubiéramos aducido que somos partidarios de la libertad de expresión, habríamos esperado ver un dibujo de Jesús con una bomba nuclear sobre la cabeza, porque los seguidores de Jesús fabricaron bombas nucleares. Hicieron un dibujo de Mahoma con una pequeña bomba casera sobre la cabeza… Mahoma es inocente. No tuvo nada que ver con la bomba. Lo que quisieron decir es que sus seguidores están usando bombas. Jesús, que la paz sea con él, también es inocente, y no tiene nada que ver con la bomba nuclear, pero los seguidores de Jesús fabricaron la bomba nuclear. Si insistimos en la libertad de expresión y en la libertad de prensa, esperamos ver un dibujo de Jesús con una bomba nuclear sobre la cabeza, aunque Mahoma no tenga nada que ver con la bomba casera y Jesús no tenga nada que ver con la bomba nuclear. También hicieron un dibujo en el que Mahoma aparece rodeado de mujeres que llevan velo, porque las mujeres musulmanas llevan velo, y entonces esperamos ver un dibujo en el que Jesús aparezca rodeado de mujeres desnudas, porque las mujeres cristianas andan desnudas. En Escandinavia, las mujeres andan desnudas y dicen que son seguidoras de Jesús. Naturalmente, Jesús es inocente. No tiene nada que ver con las mujeres desnudas, así como Mahoma no tiene nada que ver con las mujeres que llevan velo. Pese a ello, la libertad de prensa en la que se basaron requiere que dibujen a Jesús rodeado de mujeres, de la misma manera en que dibujaron a Mahoma rodeado de mujeres.
En última instancia, el enfoque de Occidente, de Europa y de los Estados Unidos incita al odio. Es corrupto e inhumano y adolece de errores. El denominado Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento no son el Antiguo y el Nuevo Testamento.
Esos dos Testamentos son fraudulentos. Fueron escritos a mano centenares de años después de Jesús. La Biblia incluye palabras que no corresponden a Jesús y a Moisés. Si verdaderamente queremos poner en claro la historia de la humanidad y vivir en la aldea planetaria que la mundialización ha traído consigo, tenemos que buscar la auténtica Biblia, porque la Biblia que tenemos actualmente ha sido fraguada. En la Biblia que tenemos actualmente no se menciona a Mahoma, pese a que en la Biblia que Dios reveló se menciona reiteradamente a Mahoma.
Tenemos que buscar el Evangelio según Barrabás (Barrabás el Apóstol). Esa es la auténtica Biblia, la que habla en detalle acerca de Mahoma, que vendrá después de Jesús, cuya fe reemplazará a la de Jesús, y que será el mensajero de Dios para todos.
Eso es lo que dice Jesús en la auténtica Biblia. No es la falsa Biblia que circula actualmente. Es la palabra de Dios.
Jesús, el hijo de María, dijo: “¡Hijos de Israel! Yo soy el que Alá os ha enviado”. En realidad, Jesús se estaba dirigiendo a los israelitas, lo que quiere decir que Jesús llevó ese mensaje exclusivamente a los israelitas, y a ninguna otra nación. Europa no tiene nada que ver con la religión de Jesús, América no tiene nada que ver con la religión de Jesús, y África no tiene nada que ver con la religión de Jesús. Jesús les dijo: “¡Hijos de Israel! Yo soy el que Alá os ha enviado, en confirmación de la Torá anterior a mí”, lo que demuestra que les estaba hablando a los israelitas. Jesús no trajo el Antiguo Testamento; se estaba refiriendo al Libro de Moisés. En otras palabras, les estaba pidiendo a los seguidores de Moisés que renunciaran a la fe de Moisés y abrazaran la de Jesús cuando Jesús llegara. Por el mismo motivo, los seguidores de Jesús deben renunciar a la fe de Jesús y abrazar la fe de Mahoma después de Jesús.
Si Moisés hubiese estado vivo cuando llegó Jesús, habría abrazado el cristianismo. Los que continuaron siguiendo la fe de Moisés y no siguieron a Jesús estaban equivocados. Si Jesús hubiese estado vivo cuando llegó Mahoma, habría abrazado el Islam, y los que continuaron siguiendo la fe de Jesús después de la llegada de Mahoma están equivocados.
Desde Timbuktu, estamos tratando de corregir la historia de la humanidad. Jesús dijo: “¡Hijos de Israel! Yo soy el que Alá os ha enviado, en confirmación de la Torá anterior a mí, y como nuncio de un Enviado que vendrá después de mí, llamado Ahmad”. ¿Figura hoy esta oración en la Biblia? No figura, aunque Jesús se la dijo a los israelitas… Lo que esto quiere decir es que han suprimido las palabras de Jesús. Dios nos dijo que esas palabras fueron suprimidas de la Biblia porque Jesús les dijo que después de él vendría otro profeta, cuyo nombre es Ahmad, es decir, Mahoma. Por lo tanto, lo que llaman el Libro Sagrado no es el Libro Sagrado que Dios reveló a Jesús y a Moisés.
Si quieren vivir en paz con nosotros, deben crear comités con el fin de reconsiderar el enfoque occidental y la propia Biblia, porque ha sido fraguada.
Se crearon comités islámico-americanos para examinar los programas escolares de los países islámicos. Se deberían crear también comités islámico-americanos para examinar los programas americanos y europeos.
Para su información, a Moisés se lo menciona 16 veces en el Corán. ¿Por qué no hemos suprimido esas menciones? El Corán es la palabra de Dios y no podemos suprimir la palabra de Dios, porque si lo hiciéramos seríamos infieles. Sin embargo, ellos eliminaron del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento toda alusión a Mahoma. Los desafiamos a que publiquen el Evangelio según Barrabás. En el Corán se alude 33 veces a María. ¿Por qué no suprimimos esas alusiones? Porque es la palabra de Dios, y no podemos modificarla.
Jesús, que la paz sea con él, aparece mencionado 25 veces en el Corán. No podemos alterar esas menciones, porque es la palabra de Dios. El Corán se refiere a María, a Moisés y a Jesús. Los glorifica, y reconoce que fueron santos y sagrados. No obstante, a Mahoma no se lo menciona en la Biblia, a pesar de que esa referencia supo estar allí. Dios se refirió a Mahoma. Por lo tanto, la Biblia ha sido falsificada. Sólo el Corán no lo ha sido. Dios le pidió al profeta Mahoma que dijera: “Hombres: Yo soy el Enviado de Alá a todos vosotros”, y Dios pide a todos los hombres que sigan a Su Enviado, el profeta analfabeto del que se hablaba en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento. Sin embargo, las copias que circulan en la actualidad no incluyen esa referencia, lo que quiere decir que son falsas.
Ustedes no deberían enfadarse, porque Dios dice: “Él es Quien ha mandado a Su Enviado con la Dirección y con la religión verdadera para que prevalezca sobre toda otra religión, a despecho de los paganos”.
Dios repite este verso dos veces en dos de las Suras del Corán: “y con la religión verdadera para que prevalezca sobre toda otra religión, a despecho de los paganos”.
No se enfaden, porque la fe de Mahoma conquistará a todas las otras religiones, les guste a ellos o no. Así lo ha dicho Dios.
No necesitamos la espada ni la bomba para difundir el Islam. Tenemos 50 millones de musulmanes en Europa y hay señales de que Dios proclamará el Islam en Europa sin armas ni conquistas. Con el paso de los años, los 50 millones de musulmanes que viven en Europa transformarán a Europa y la convertirán en un continente musulmán. Dios ha dispuesto que una nación islámica, Turquía, se sume ahora a la Unión Europea. Esos 50 millones de musulmanes se multiplicarán y habrá 100 millones de musulmanes en Europa. Bosnia es miembro de la Unión Europea y es un país musulmán; mejor dicho, al menos el 50% de su población es musulmana. Las estadísticas muestran que hay miles de mezquitas en Europa. Tenemos miles de organizaciones y sociedades islámicas en Europa.
Tanto Europa como América están acorraladas. Tienen que aceptar el hecho de que en su momento pasarán a ser musulmanas, o en caso contrario deberían declararles la guerra a los musulmanes. Mientras Mahoma siga siendo el Profeta de todos, que es lo que se dice en el Corán, todos deben responder al llamamiento de Mahoma. Dios le dijo a Mahoma: “Llama a los hombres a la peregrinación para que vengan a ti a pie o en todo flaco camello, venido de todo paso ancho y profundo”. Le pidió que invitara a todos, no sólo a los árabes, a emprender la peregrinación a la Meca. Lo hizo porque Mahoma es un profeta de todos y porque la Meca es el primer lugar de la Tierra en que se adoró a Dios.
Dios dice en el Corán que “La primera Casa erigida para los hombres es, ciertamente, la de Bakka, casa bendita y dirección para todos”. Se refiere a la gente, no a los árabes ni a los musulmanes. Se refiere a los habitantes del mundo en general. Es la primera casa que se construyó en la Tierra para adorar a Dios, y fue construida para todos. “Alá ha prescrito a los hombres la peregrinación a la Casa, si disponen de medios”. No dijo que los árabes y los musulmanes deben emprender la peregrinación, dijo la gente, todos. Dijo también: “Hicimos de la Casa un lugar de reunión para los hombres y un lugar seguro”. Dijo “un lugar de reunión”. Todos tienen derecho a emprender la peregrinación a la Meca, caminar en torno a la Ka’aba, caminar entre al-Safa y al-Marwa, pararse sobre Arafat y arrojar piedras a la columna de piedra del demonio en Aqaba.
Se insta a todos, y no solamente a árabes y musulmanes, a caminar en torno a la Ka’aba, porque esa es la casa de Dios para todos. Se insta a todos, y no solamente a árabes y musulmanes, a caminar entre Safa y Marwa. Se insta a todos, y no solamente a árabes y musulmanes, a visitar Arafat, y se insta a todos a apedrear la columna del demonio.
Lo que sucede hoy es consecuencia de un error que hemos cometido. ¿Qué motivo impide que la gente emprenda la peregrinación a la Casa de Dios? ¿Por qué los judíos y los cristianos no pueden caminar en torno a la Ka’aba, si se los invita a abandonar el judaísmo y el cristianismo y a responder al llamamiento de Mahoma?
Dios le dijo a Mahoma: “Mahoma, pídele a la gente que camine en torno a la Ka’aba”. Dijo: “La gente tiene conmigo ese deber”. Deben ir y caminar en torno a la Antigua Casa. No tenemos motivos para impedírselo.
Si el Presidente de Francia, de los Estados Unidos o de Italia viniese a ustedes y les dijese: “Voy a responder al llamamiento y voy a caminar en torno a la Ka’aba”, ¿cuál sería nuestra respuesta? No tenemos argumentos. Hay sólo un verso en el Corán que dice: “¡Creyentes! Los paganos son mera impureza. Que no se acerquen, pues, a la Mezquita Sagrada después de este su año”. ¿Les decimos que son mera impureza y que son paganos? ¿Los enfrentamos? Cuando venga el Presidente de los Estados Unidos a emprender su peregrinación, ¿le decimos “usted es mera impureza y es pagano”?
Nos va a responder: “No soy ‘politeísta’ y no soy ‘impuro’. ¿Por qué me acusa de eso? Si soy impuro, ¿por qué me estrecha la mano, y come y bebe conmigo? ¿Por qué se hace amigo mío y me considera su aliado? Si soy impuro, no me toque. No soy impuro, y no soy politeísta”. Y luego mostrará los billetes que ustedes usan para sus transacciones y dirá: “Aquí tiene, lea lo que está escrito en los dólares que ustedes usan. Según el traductor, dice ‘Confiamos en Dios’”.
Los politeístas y los impuros no pueden acercarse a la Mezquita Sagrada. Pero, ¿quién es el politeísta, quién es el impuro? Ningún integrante del Pueblo del Libro dice que yo soy politeísta o que yo soy impuro. El Corán dice que los politeístas y los impuros no pueden emprender el Hajj. Pese a ello, los integrantes del Pueblo del Libro no son ni politeístas ni impuros.
Esta es una nueva controversia y un nuevo reto que surgen en este gran día desde Timbuktu. Hoy el mundo está reconsiderando afirmaciones que hasta el momento se daban por sentadas.
Tengo aquí algunas estadísticas. Hoy hay en Europa 50 millones de musulmanes, 14.000 mezquitas y centros islámicos y 1.500 sociedades y organizaciones islámicas. Con el paso del tiempo, estas cifras no harán sino aumentar, además de las cifras correspondientes a Bosnia, Turquía y Albania. Por consiguiente, las palabras que Dios proclamó en el Corán se están convirtiendo en una realidad: “Él es Quien ha mandado a Su Enviado con la Dirección y con la religión verdadera para que prevalezca sobre toda otra religión, a despecho de los paganos”.
El Islam es el destino de la humanidad y la fe de la humanidad. Es palabra de Dios. Es voluntad de Dios. Dios es grande.
Este es un nuevo reto; son las nuevas expresiones que el mundo pronto oirá procedentes de Timbuktu.
Hoy es verdaderamente un gran día, el día en que nació el Último de los Profetas y también el día en que murió. El calendario debería basarse en el año en que nació Jesús, porque su nacimiento fue un milagro, y en el año en que murió Mahoma, el Último de los Profetas. Han pasado 2006 años desde el milagroso nacimiento de Jesús, y 1374 años desde la muerte del Último de los Profetas. Por lo tanto, ahora, al escribir las fechas, la humanidad debe hacerlo de la siguiente manera: 2006 AD, correspondiente al año 1374 después de la muerte del Profeta. Esto le tiene que haber quedado claro al mundo.
Algunos se preguntarán por qué elegimos Timbuktu y no cualquier otro lugar del mundo islámico para presentar este reto. Como respuesta, diré que lo hicimos porque esta aldea, o más bien este oasis, tiene un valor histórico desde un punto de vista religioso y desde un punto de vista social.
Timbuktu fue otrora el lugar desde donde la luz del Islam se irradiaba hacia todo el continente africano y hacia todo el mundo islámico. Es una gran gloria que se le ha conferido al pueblo de Timbuktu. Timbuktu era un faro que iluminaba el horizonte. Hubo eruditos que en este oasis, en medio del desierto, dedicaron su vida a difundir la palabra de Dios. No obstante, ocurrió algo. Los enemigos de Dios cambiaron los Libros. Son los enemigos de Mahoma, el Último de los Profetas de Dios; los enemigos del Libro de Dios, el Corán, el libro “completamente inaccesible a lo falso”. Dios lo preserva intacto; no se lo ha de modificar. Pese a ello, Dios nos dijo que los otros libros fueron modificados y que la falsedad ingresó en ellos. ¿Dónde están las Tablas de Moisés, los Salmos revelados a David, los Pactos de Shu’aib (Jethro), de Saleh, Idris, Noé, Elisha, Zul-Kifl y Yunus, conocido también como Thal-Noon? ¿Dónde están sus pactos? La falsedad ingresó en esos Libros. Se vieron afectados. ¿Dónde está el Evangelio según Barrabás? Lo quemaron, pero Dios dijo que el Corán es “completamente inaccesible a lo falso”. ¿Han oído ustedes alguna vez que un musulmán maldijese a Moisés, a Jesús o a María? Sencillamente no podemos hacerlo, porque, si lo hiciésemos, sería lo mismo que si maldijésemos a nuestro propio profeta y a los otros profetas que reconocemos.
Un ciudadano me escribió para proponerme que respondiésemos a este reto dándoles a todos los varones recién nacidos el nombre Mohammad o Ahmad, y a todas las mujeres recién nacidas el nombre Fátima (como la hija del Profeta) o el nombre Aisha (como la esposa del Profeta).
Los que odian el Libro de Dios se enteraron de que en el Gran Desierto existía un faro llamado Timbuktu, y decidieron extinguir su luz. Emprendieron la búsqueda de Timbuktu. Europa emprendió la búsqueda de Timbuktu, pero no la pudo localizar porque en esa época no había mapas. Ocuparon Túnez, y antes Argelia, el Senegal y Chad. Enviaron campañas de exploración al Gran Desierto. Una de las misiones recorrió el río Níger. La gente de Timbuktu les preguntó a los exploradores: “¿Qué hacen ustedes aquí?” “Vinimos a seguir el curso del río”, respondieron. Era mentira. Habían emprendido campañas de exploración; enviaron misiones a las que describieron como “misiones de exploración geográfica”. Incluso les dieron distintos nombres a esas misiones. Las misiones estaban integradas por funcionarios de reconocimiento y de inteligencia que vinieron a Timbuktu para ocuparla y para extinguir la luz que emanaba de este faro para que no se difundiera la religión de Dios. Era un grupo del Pueblo del Libro, que ingresó a la aldea, tomó nota de los nombres de las tribus, trabó conocimiento con los jeques de las tribus y con los comerciantes, trazó mapas de los caminos que llevan a Timbuktu y descubrió que la gente no tenía armas. Eran buenas personas que sólo tenían libros, conocimientos y el Corán.
En Europa elaboraron un plan y luego avanzaron sobre Timbuktu desde todas las direcciones: desde Túnez, el Senegal y Chad. Destruyeron y ocuparon Timbuktu, y se vengaron. Arrojaron los libros al río Níger y convirtieron las mezquitas en establos para sus caballos. Finalmente, rellenaron el canal que solía llevar a Timbuktu el agua del río Níger. Los hermanos libios decidieron reabrir el canal para que las aguas del río lleguen a Timbuktu. Si Dios quiere, volverá a correr el agua por el canal que los colonialistas rellenaron para llegar a Timbuktu.
Esta es la antigua conspiración histórica tramada contra Timbuktu. Es sumamente posible que Timbuktu afronte otra conspiración, pero vamos a estudiar los elementos de la antigua conspiración. Para poder volver a ocupar el desierto, han enviado nuevas misiones de exploración y les han dado nuevos nombres. Pueden llamarlas Cuerpos de Paz, un grupo neocolonialista integrado por funcionarios de inteligencia y funcionarios de reconocimiento, y hay otros grupos que pueden llamarse Periodistas sin Fronteras, Médicos sin Fronteras o protectores del medio ambiente. Los llaman grupos de misioneros, o equipos de misioneros. Les dan a estos grupos nombres modernos con el fin de volver a ocupar el Gran Desierto. Pero desde Timbuktu declaramos el segundo reto. Ya hablamos del primer reto, el reto de la religión, la peregrinación a la Ka’aba, el programa educativo que hay que modificar. Ahora pasamos al segundo reto, el reto social nacional del colonialismo.
A ellos les decimos: Si tienen la intención de ocupar el Gran Desierto, antes de que claven los talones les tenemos que formular una advertencia. Queremos decirles que el pueblo del Desierto es como el león y como el buitre y que las arenas del Desierto se pueden convertir en brasas, sus piedras en cenizas y su aire en fuego y llamas.
Antes de que se adentren en el Desierto queremos advertirles que si construyen bases en el Desierto humillarán al pueblo del Desierto. Ustedes colonizarán el Desierto, abusarán del Desierto, quieren explotar las riquezas del Desierto, lo que en última instancia quiere decir que estarán socavando la paz y la estabilidad en el Desierto. Nuestro Desierto y nosotros, los habitantes del Desierto, nos convertiremos en leones y en halcones; en brasas, en cenizas y en llamas. Están advertidos.
Nosotros, los pueblos del Desierto, reunidos aquí en este gran día, aniversario del nacimiento y de la muerte del Último de los Profetas, haremos la paz con quienes hagan la paz con nosotros, y lucharemos contra quienes luchen contra nosotros. El Corán dice: “Si se inclinan hacia la paz, ¡inclínate tú también hacia ella!” Si aman la paz, somos un pueblo amante de la paz. Si nos agreden y nos atacan, socavan nuestra independencia y ponen en peligro nuestro Desierto, nos convertiremos en una fuerza colosal que hará arder en llamas los desiertos, desde Mauritania y el Senegal hasta el Iraq y el Desierto de Siria. Nosotros, el pueblo del Gran Desierto, tenemos una sola identidad: somos los habitantes del Gran Desierto. Hemos vivido en este Desierto durante decenas de miles de años. Hemos vivido en libertad. Queremos ser libres en este Desierto desde el Senegal y Mauritania hasta la Media Luna Fértil.
Esta es nuestra tierra, este es nuestro hogar, y somos una familia. Esta familia está integrada por muchos individuos, cada uno de las cuales lleva su propio nombre: tuaregs, barabeesh, senegaleses, fulanis, bambaras, tebus, los hijos de Alí, las tribus del Sudán, las tribus del Chad, del Níger, del Desierto del Nilo Oriental y Occidental, del Sinaí, de Jordania y del Desierto de Siria, de la Península Arábiga, las tribus del Iraq y de la Media Luna Fértil. Esos son los nombres de los miembros de una misma familia, y esa es la familia que reúne a los habitantes del Gran Desierto. Acudiremos los unos en ayuda de los otros, nos defenderemos los unos a los otros, y no nos abandonaremos ni enarbolaremos armas entre nosotros.
Extenderemos nuestras manos en prueba de amistad, cooperaremos en la guerra y construiremos nuestro Desierto. Viviremos en paz, seguridad y estabilidad. Esta es la familia ampliada del pueblo del Desierto. Enarbolaremos las armas en una única circunstancia: ante un acto de agresión externa. Moriremos por el Desierto. Nuestra sangre correrá por sus arenas, pero no cederemos ni un grano de sus arenas.
Desde la Media Luna Fértil hasta el Río del Senegal, las tribus del Desierto no emprenderán una guerra fratricida. No enarbolaremos las armas entre nosotros. Viviremos como una familia. Protegemos el Desierto.
A lo largo de la historia hubo quienes codiciaron nuestro Desierto. Debemos unirnos y establecer una gran asociación de las tribus del Gran Desierto. Redactaremos una Carta que todos firmaremos y a la que llamaremos “La Carta de Timbuktu”. Hay reyes, sultanes, jeques y ancianos de todas las tribus del Gran Desierto que están junto a nosotros. Hay también líderes de Estados islámicos, organizaciones, partidos, grupos e instituciones islámicas de diversas partes del mundo. Tenemos también a nuestro hermano Louis Farrakhan, el Líder de la Nación del Islam en los Estados Unidos.